23 de octubre de 2010

Cuento de Otoño.


Erase una vez una niña a la que encantaba ir a una despensa. Pero aquella no era una despensa cualquiera…. ¡era la despensa de sus sueños! Todos los días soñaba que llegara el fin de semana para poder ir a esa despensa en la que había todo lo que ella deseaba…tabletas y tabletas de chocolate con leche y con almendras, varios botes de nocilla de uno o dos sabores, galletas de chocolate, chuches, gusanitos, palmeritas, napolitanas, natillas, petit suisse, batidos de chocolate…Su abuelita preparaba cada semana la despensa para que cuando ella llegara de lejos con su familia, pudiera escoger lo que quisiera comer…¡alguna que otra vez aquella niña se pegó un atracón! Claro, la comida favorita de aquella niña acabó siendo el chocolate, en cualquiera de sus formas… Un día de otoño, la abuelita de aquella niña tuvo que marcharse a buscar a su abuelito por las estrellas…lo hizo sin avisar, pero se aseguró de dejar la despensa preparada…Después de aquel día, la niña vio muchas más despensas de muchos lugares, pero ninguna superaba a la de su abuelita…aquella niña creció, y aún hoy, cuando abre alguna, se acuerda siempre de la despensa más bonita del mundo…..y no precisamente por la cantidad de chocolate, sino por todo el AMOR que había en ella.

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