21 de octubre de 2011

Paradise

Tengo a mi hija en brazos y con su manita, agarra fuertemente mi dedo...entonces me acuerdo de tí, y me pregunto por qué no te agarraste a la Vida, a quien fuera, a un extraño, a un conocido, a mí...y llego a la conclusión de que las preguntas sobran. Solo miro a mi hija y lloro...lloro porque no la has llegado a conocer y me duele...porque veo tanta Vida en ella...y me da pena que tú para encontrarla te hayas tenido que ir tan lejos...

¿Sabes? Le encanta escuchar Paradise. Habla de una niña que no quiere crecer, que esperaba mucho del mundo, y que éste a cambio no le dio nada...y ella huía de él en sus sueños, y soñaba con el paraiso cada vez que cerraba los ojos...

Miro a mi pequeña y la veo en su pequeño paraiso, en los brazos de su madre, protegida, a salvo, sabiendo que nada ni nadie pueden hacerle daño...y yo siento que tú ahora por fin has encontrado el tuyo...sé que ya estás en calma y sin sufrir...y mis lágrimas se mezclan con una sonrisa, como esas que hemos compartido juntas tantas veces...Mientras tú te ibas muriendo por dentro, seguías regalándome Vida, risas, humor...me has regalado canciones preciosas que cada vez que las escucho me llevan a la 315, a nuestras noches haciendo el gamba, nuestros disfraces, nuestras historias inventadas, nuestras locuras, como cuando me cortaste el flequillo...Gracias a ti no me olvidé de seguir siendo niña por un rato en un mundo de mayores que a tí te ahogaba poco a poco...y aprendí que a pesar de todo durante mucho tiempo te levantaste a pesar de las caídas...

La pequeña Ana se ha quedado dormida escuchando Paradise. Miro por la ventana, y veo cómo las hojas dé los árboles se van cayendo poco a poco...pero sé que la próxima primavera volverán a nacer llenas de Vida...Así también yo siento que ya encontraste esa Vida que te faltaba y que tanto necesitabas...sé que algún día, que solo Él sabe, podrás enseñarme tu pequeño paraiso...No sabes cuánto te echo en falta...perdóname por no habértelo hecho saber más a menudo...Gracias por sentirte en mí. Hasta siempre, pelusa mía. Te quiero.