27 de noviembre de 2008

Tú eres maestro...


Si tu corazón late más aprisa viendo a tus alumnos,
Si cada cara de un niño o niña es para ti un alma que hay que cultivar.
Si cada hora de clase se ha escapado aprisa,
Si quieres más tu trabajo cada año que pasa,
Si las dificultades inevitables te encuentran sonriente,
Si los padres y los niños dicen que eres amable,
Si llegas a hacer de tu aula un lugar amable y alegre.
Si tu justicia sabe revestirse de amor,
Si combates al mal pero no al malhechor,
Si sabiendo tantas cosas no te crees sabio,
Si sabes volver a estudiar lo que creías saber,
Si en lugar de interrogar sabes, sobre todo, responder,
Si sabes ser niño permaneciendo maestro,
Si ante la belleza sabes sorprenderte,
Si tu vida es lección y tu palabra silencio,
Si tus alumnos saben semejarse a ti, entonces...
Cada persona es para ti, un ser que se debe cultivar.
Si permites que tus niños rían, hablen, lloren.
Si eres capaz de admitir que te has equivocado.
Si sabes descubrir alegría o tristeza en la mirada del niño.
Si a tu lado tus alumnos aman la vida y están locos por gozar cada día de ella.
Si has conseguido despertarles la pasión de ser y vivir lo que cada uno ya es,
entonces... tú eres
MAESTRO.